Empezamos, ya estamos aquí, en un momento complicado, con un horizonte de incertidumbre, intentando poner una gota de optimismo en nuestro entorno.
Las labores de aguja han estado presentes en nuestra vida desde que nacimos. Mi madre nos hacía conjuntos de ropa interior de ganchillo con mucho arte y más cariño. A lo largo de su vida llegó a inventar algún punto que no se guardó para la posteridad… era una virtuosa del croché. Digo era, porque dejó de tejer hace unos años por la falta de visión y la edad, pero disfruta cuando ve cualquier labor de aguja.
Sus hijas disfrutamos de sus creaciones, que fueron muchas, no sólo de ganchillo, también de punto, bolillos, bordado, costura…
Empezamos por una presentación:
Soy Mª Gracia, y mi relación con la costura y el ganchillo fue efímera, pero no he olvidado nada de lo que aprendí. Mi hermana, la cara más visible de Lola Botona, mantiene una relación más larga y constante con la aguja: lleva mucho tiempo haciendo arreglos de costura y después estudió corte y confección. Últimamente ha estado en el taller de Eometric de patronaje.
Cuando fui con ella a formalizar el traspaso con Mari Luz, el miedo inicial que me invadió, se disipó al ver la tienda, el concepto nos gustó muchísimo. Que no se limite a vender artículos de mercería y se impartan talleres variados le da un dinamismo encantador a la mercería.
Estamos muy ilusionadas con darle continuidad al proyecto que inició nuestra predecesora. Seguramente le daremos una impronta diferente, pero queremos que nuestro local siga siendo un lugar de encuentro donde se forjen amistades, se hagan labores geniales y sean momentos de esparcimiento y relax para disfrutar creando. Y lo que vamos a aprender no tiene precio.
En el poco tiempo que llevamos al frente de la tienda hemos conocido a gente encantadora, las alumnas de los talleres, clientes que agradecen que no se cierre y nos desean buena suerte, gente nueva que nos conoce por las redes… ha sido un periodo entre terrorífico y encantador. Terrorífico por lo que supone comenzar una aventura nueva y encantador porque la mercería es un negocio con tintes familiares entrañables, más aún cuando se trata de una mercería creativa.
Aún no hemos empezado los talleres, pero tenemos muchas ganas de ver cómo se produce la magia con agujas, hilo, tela y unas manos maravillosas.
Esperamos veros por aquí, en nuestros talleres.